Atosigado por las horas de trabajo, amores pendientes, amores perdidos
Horas y horas frente a la máquina
Pasa la ilusión una vez más
Soy el dueño del mundo, no soy el dueño de nada
Soy solo dueño de mi mismo, no soy ni dueño de mi tiempo
¿Soy dueño de mis sueños?, ¿o soy su esclavo?
Horas y horas frente a la máquina,
De fondo se escuchan notas,
Unas veces estridentes
Otras veces melodiosas
A veces pienso en ti,
A veces pienso en mí,
Otras veces pienso en todos los demás,
Pensar y pensar, imaginar,
Un futuro,
Por si acaso este existe
Somos como los caballos de estribos, que avanzan sin mirar a los costados
Y pasan horas y horas frente a la maquina
Me encuentro a mí mismo,
Loco estridente, sabio y silencioso
Esperando ser escuchado,
Al igual que el resto.
Gritando más y más fuerte
Una voz perdida,
En la multitud de pixeles que conforma nuestra imagen
A veces mi cuerpo también grita
Se manifiesta fríamente,
Para negociar las horas que me sobran,
Se pone en huelga
Y solo queda ceder ante sus demandas
Automatismos en la existencia
Automatismos en la escritura
Yo escribo con mi piel sobre otros seres
Y otros seres escriben con su piel sobre mí.
Esta es la única verdad.
Al rededor solo las mentiras
El sistema, el trabajo, el comercio, la política
Y los dueños de las mentiras.
Ellos juegan a los dados con nuestra existencia
Nosotros solo contamos los números que van saliendo
Ideas y más ideas
Todas se amontonan unas sobre otras
Atropelladas…
Todas sin respuestas, todas sin remedio
Todas son tan solo:
Horas y horas frente a la maquina.
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